lunes, 23 de julio de 2012

Ciudad Capital



Llegar a donde se prometió nunca ir. Tener los ojos bien abiertos, lo vasto al frente. Información nueva por procesar, estampas por recordar, buscar abarcarlo todo sin perder detalle alguno. Es la gran ciudad. Temida y gris capital. Entrar a las fauces que todo lo tragan.
Sentirse resguardado entre cuatro paredes de hotel, fisgoneando la calle discurrir de ruidos y luces, de gente y movimientos por doquier. Atreverse a salir, con la mirada alerta, el paso aprisa y los bolsillos vacíos. Caminar acompañado y aún teniendo miedo.
Hacer de tripas, corazón e ir a buscar lo aún no hallado. Encontrarlo y regresar triunfante, el sudor frío en la espalda y las manos llenas, satisfechas.
Tomar el bus de despedida y mirar, alejarse, con tristeza la ciudad temida. Prometer volver, con el mismo temor y la seguridad de encontrar lo buscado.


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