Y el hombre, se irguió, se posó sobre
sus patas traseras y dudando de lo que iba a suceder y hacer, estiró y posó su
pie sobre la tierra aún naciente. Dudando, dudando poso su otro pie más
adelante del otro. El primer paso había ocurrido. Se detuvo, vio sus pies
detenidos en un paso eterno. Respiró hondo y repitió el proceso. Pie adelante,
pie detrás. Pie delante, pie detrás. Las primeras pisadas humanas se marcaron
en la arena. El hombre vio que era bueno lo que hacía y siguió haciéndolo sin
cesar.
El horizonte, amplio, inabarcable lo
esperaba. Miles de caminos por recorrer, millones de pasos por dar. Para llegar
a todas partes y a ninguna a la vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario